Entonces el capitán en jefe. - El quiliarca obviamente se alegra de la inteligencia. Sus simpatías están claramente con San Pablo personalmente en contra del sumo sacerdote y sus seguidores. Agradece la oportunidad de mostrar su celo por la custodia de un ciudadano romano y de hacer una declaración de toda la transacción desde su propio punto de vista. Con verdadera cautela oficial, trata la comunicación que ha recibido como confidencial y toma sus medidas en consecuencia.

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