LXIII.

(1) ¿Quién es este que viene de Edom? ... - No hay conexión aparente entre Isaías 63:1 y lo que precede y sigue. En consecuencia, deben tratarse como una sección separada, aunque no, como han sugerido algunos críticos, por un escritor diferente. Para comprender su relación con la mente del profeta, debemos recordar la parte que Edom había tomado durante la historia de la que Isaías estaba al tanto, quizás también la que él previó que tomarían en el período siguiente.

Esa parte había sido de persistente hostilidad. Se habían aliado con los tirios contra Judá y habían sido culpables de atrocidades despiadadas ( Amós 1:9 ). Se habían llevado prisioneros judíos como esclavos ( Abdías 1:10 ).

Habían sido aliados de los invasores asirios ( Salmo 83:6 ) y habían herido a Judá en los días de Acaz ( 2 Crónicas 28:17 ). Si pensamos en el profeta como viendo en espíritu la obra de la antigua enemistad en un período posterior, podemos extender la inducción a su júbilo por la captura de Jerusalén ( Salmo 137:7 ; Lamentaciones 4:21 ).

El recuerdo de estas cosas se hundió profundamente en la nación, y las primeras palabras del último de los profetas se hacen eco del viejo odio ( Malaquías 1:2 ). En los últimos días del judaísmo, donde los rabinos pronunciaron sus maldiciones contra sus opresores, Edom fue sustituida por Roma, como San Juan sustituyó a Babilonia ( Apocalipsis 18:2 ).

Isaías, posiblemente partiendo del recuerdo de algunos ultrajes recientes en el reinado de Ezequías, y tomando a Edom como representante de todos los enemigos hereditarios más cercanos de Israel, en un éxtasis de júbilo, y ve al rey conquistador regresar de su obra de venganza. La forma es la de un guerrero procedente de Idumsean Bosra (a diferencia de la de Haurân, Jeremias 48:24 ) con vestiduras de color rojo brillante .

Y el color (como en Apocalipsis 19:13 ) no es el del vestido escarlata que usan los soldados ( Nahúm 2:3 ), sino el de la sangre recién derramada.

De viaje. - El verbo hebreo ( inclinarse o sacudir la cabeza) indica el movimiento y los gestos de un conquistador que se regocija en su victoria.

Yo que hablo ... - El héroe-vengador, el rey justo que representa a Jehová, escucha la pregunta asombrosa y responde por sí mismo. La “justicia” y la “salvación”, que él reclama como sus atributos, muestran que él no es otro que el Siervo ideal del Señor de los ejércitos, que comparte Sus atributos.

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