( 4 ) A quién. - Es decir, “¿No es a alguien que había dicho lo mismo él mismo? ¿No fue mi propio aliento, mi propia enseñanza, lo que salió de ti? " Luego procede a mostrar que no son solo los cielos estrellados los que declaran la gloria de Dios, sino también el mundo inferior y el universo en general.

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