A medida que se consume la nube. - Es un buen símil que el hombre es tan evanescente como una nube; y muy apta es la figura, porque, ya sea que se desvanezca en la superficie del cielo o se distribuya en la lluvia, nada se desvanece más completamente que la nube de verano. Es sólo una apariencia, que se convierte en nada.

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