Y vio que ya estaba muerto ... La única explicación de que no le hubieran roto las piernas a Jesús parece ser que el propósito del crurifragium era asegurar la muerte, o, en todo caso, impedir la posibilidad de fuga. La crucifixión en sí misma no causaría necesariamente la muerte durante varios días, ni tampoco en absoluto; pero Jesús, por su propia voluntad, había encomendado su espíritu a su Padre.

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