No tengo esposo. - El trazo ha dejado su huella. Pone al descubierto a su propia conciencia la vida pasada y presente, pero ella no sabe que está al descubierto para Él. La respuesta ya no está precedida por el medio sarcástico "Tú, siendo judío" o el reverencial "Señor". El tono ha pasado de la vivacidad a la seriedad y de la seriedad a la tristeza. Esa palabra, ¡qué historia ha revelado! Pero ella se lo ocultará a Él y a sí misma. “No tengo marido” (o, según el manuscrito sinaítico, más enfáticamente aún, un marido que no tengo ) .

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