No os volveréis abominables. - Al comer las criaturas inmundas que se caracterizan constantemente en este libro como "abominables" (ver Levítico 7:21 ; Levítico 11:10 ; Levítico 11:20 ; Levítico 11:23 ; Levítico 11:41 ) - a término que sólo aparece dos veces más en las Escrituras Hebreas ( Isaías 66:17 ; Ezequiel 8:10 ) - los que lo hacen se vuelven abominables y repulsivos; de ahí la amonestación.

La frase solo aparece una vez más, a saber, Levítico 20:25 , donde se traduce en la Versión Autorizada, "No haréis abominables vuestras almas". Esta es la razón por la que "alma" se pone aquí al margen de la palabra "yo".

Ni os contagiaréis vosotros mismos. - Pero no solo es repugnante comerse estas abominables criaturas, sino que sus cadáveres contaminan y excluyen al que entra en contacto con ellas de entrar en el santuario y de participar de la comida del sacrificio.

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