Ofreciéndole vinagre. - Ni siquiera la oración por su perdón había tocado el corazón de los soldados. Pero aun así, no sabían lo que hacían, y sólo siguieron, según su naturaleza, el camino en el que otros abrieron el camino. Posiblemente también, por groseras que fueran sus naturalezas, había un toque de bondadosa bondad entremezclada en su burla, como se muestra en la oferta del vinagre, o vino amargo, que habían traído para su propio uso (ver Nota sobre Mateo 27:48 ) - a menos que, en verdad, supongamos el refinamiento de la crueldad que la tuvo ante los ojos del Sufridor, pero no la transmitió, como después, a Sus labios.

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