Si tu diestra te escandaliza. - La repetición de la misma forma de advertencia tiene, en parte, el énfasis de la iteración, pero también apunta a un peligro distinto. No sólo los sentidos, a través de los cuales recibimos impresiones, sino los dones y energías que emanan de la acción, pueden convertirse en tentaciones para el mal; y en ese caso, si se debe hacer la elección, es mejor renunciar a ellos. El verdadero remedio se encuentra, por supuesto, en dirigir la voluntad de tal manera que ojo y mano puedan hacer cada uno su obra en obediencia a la ley de justicia.

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