II.

(1-29) Aunque tal es la culpa del gentil, no hay nadie que lo juzgue, porque el que quiere hacerse cargo de juzgar hace las mismas cosas él mismo. Y la justicia de Dios tiene un solo estándar por el cual toda la humanidad será juzgada por igual: la verdad. ¿O tiene alguna idea vana de que escapará? ¿Cuenta liviana y descuidadamente con la longanimidad y la paciencia de Dios? El objeto apropiado de esa tolerancia es llevarlo al arrepentimiento.

Pero él es duro e impenitente y, por lo tanto, todo lo que le espera no es el perdón, sino la ira. El juicio de Dios será conforme a las más estrictas leyes de la justicia. Recompensará a los buenos y castigará a los malvados. Todos los privilegios que obtendrá el judío serán que sea el primero en ser recompensado o castigado. Ni los judíos ni los gentiles tendrán ventaja alguna. El gentil no puede alegar que está libre de la ley, porque tiene una ley escrita en su conciencia; el judío no puede alegar su disfrute de la Ley, porque ha quebrantado todas sus disposiciones.

Estas antiguas distinciones etnológicas son bastante confusas. La verdadera distinción entre los hombres es puramente espiritual. El nacimiento judío y su signo externo no son nada. Los hombres serán juzgados por lo que son en el fondo.

El argumento del capítulo es continuo y no admite ninguna ruptura real. Romanos 2:1 es el vínculo de conexión con lo que ha sucedido antes; Romanos 2:2 ; Romanos 2:6 establece enfáticamente los principios generales del juicio de Dios; Romanos 2:14 aplica a los gentiles; Romanos 2:17 aplica al judío; y Romanos 2:25 reiteran la conclusión de que los judíos y los gentiles son uno a la vista de Dios.

La proposición con la que comienza el capítulo, aunque de forma general, es particular en sustancia. Cuando el Apóstol dice: “Cualquiera que tú eres el que juzgas”, realmente se refiere a los judíos. Los gentiles, que son las personas sobre las que se supone que se va a juzgar, están excluidos, y la clase indicada por "cualquiera" debe ser, por tanto, los judíos. Al mismo tiempo, la proposición se presenta en una forma que trasciende las divisiones raciales.

La aplicación especial al judío se sugiere más que se expresa. Esto es eminentemente característico de la manera amplia y comprensiva del Apóstol de manejar la historia y los fenómenos de la humanidad.

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