Pero en realidad la Ley no puede admitirlos en esto. Tiene una función totalmente contraria, a saber, invocar el castigo de las ofensas que revela. La Ley y la fe, por tanto, se excluyen mutuamente, y se deja que la fe sea el único árbitro de la salvación.

Donde no hay ley. - La transgresión es ex vi termini la transgresión o infracción de la ley y, por tanto, no existe en esa época de moral inconsciente que precede a la introducción de la ley.

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