Así que esta lucha intestinal continúa sin cesar y no llega a ninguna decisión, hasta que al fin el infeliz grita, casi desesperado: "¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte?" ¿Quién, es decir, me ayudará a superar estos deseos carnales, generados por una naturaleza humana corrupta, que me están arrastrando hacia la destrucción inminente? El cuerpo es causa del pecado y, por tanto, de la muerte. Si tan solo pudiera liberarse de eso, el alma distraída estaría en reposo y libre.

El cuerpo de esta muerte. - Tu cuerpo (el esclavo del pecado y por tanto la morada) de la muerte. Las palabras son un clamor por la liberación de toda esta naturaleza mortal, en la que el apetito carnal, el pecado y la muerte están inextricablemente mezclados. Para completar esta liberación, se necesita la triple resurrección: ética, espiritual y física.

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