Versículo 10. Pero (como conviene...) Es decir: Las buenas obras son los únicos ornamentos con los que las mujeres que profesan el cristianismo deben tratar de adornarse. Las matronas judías solían gritar a la novia: "No hay necesidad de pintura, no hay necesidad de antimonio, no hay necesidad de pelo trenzado ella misma es muy hermosa". Las mujeres orientales utilizan un preparado de antimonio, que aplican tanto en los ojos como en los párpados, y por el que el propio ojo adquiere un brillo maravilloso.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad