Versículo 10. Testimonio de buenas obras...  Que otros puedan dar testimonio , como la palabra implica, que no sólo se ha apartado de todo pecado, sino que ha andado conforme al testimonio de Dios.

Hijos criados... Era costumbre entre los gentiles exponer a sus hijos, cuando eran tan pobres que no podían mantenerlos. La gente piadosa y humana los tomó; y los alimentó, vistió y educó. Las palabras mencionadas pueden referirse a los hijos de otros , quienes fueron educados en la fe cristiana por piadosas mujeres cristianas.

Extranjeros alojados... Si se ha dado a la hospitalidad, contribuyendo gratuitamente a lo necesario, cuando lo tuvo en su poder.

Lavó los pies de los santos... Este fue un oficio de humanidad mostrado a todos los extranjeros y viajeros en los países del este, quienes, ya sea caminando descalzos , o teniendo solo una especie de suela para defender el pie, necesitaban ser lavados cuando llegaban al final de su viaje.  Las mujeres piadosas generalmente hacían este acto de bondad.

Aliviaba a los afligidos... Visitaba y atendía a los enfermos.

Siguió diligentemente toda buena obra... En una palabra, si ha sido enteramente cristiana , viviendo según los preceptos del Evangelio, y haciendo la obra del Señor con todo su corazón, alma y fuerza.

Por el carácter dado aquí de la viuda, ciertamente , puede dudarse si χηρα, viuda , no era en algunos casos el nombre de un oficio , nombre que podría tener por ser ocupado ordinariamente por viudas . Difícilmente se puede suponer que una viuda, a menos que tuviera una propiedad considerable, podría haber hecho las cosas enumeradas en este versículo, algunas de las cuales ocasionarían gastos no pequeños.

La viuda de hecho puede significar una persona que iba a ser empleada en algún oficio en la Iglesia; y se ordena a Timoteo que no acepte a nadie en ese cargo a menos que antes haya sido notable por su piedad y humanidad. Algunos piensan que las viudas de las que habla el apóstol habían sido diaconisas , y ahora deseaban ser incluidas en lo que podría llamarse la lista de jubilados ; y el apóstol establece reglas para la admisión de tales, la suma de las cuales es: Que nadie entre en esta lista de jubilados a menos que tenga por lo menos sesenta años de edad, y pueda traer prueba de que ha desempeñado concienzudamente el oficio y el deber de un diaconisa _

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