Versículo 30. Me gloriaré - lo que concierne a mis debilidades... No me gloriaré de mis facultades naturales o adquiridas, ni de lo que Dios ha hecho por mí, sino de lo que he sufrido por él.

Muchas personas han entendido por debilidades lo que llaman el pecado interno del apóstol, y dicen que "se gloriaba en esto, porque la gracia de Cristo era más magnificada al ser preservado de la ruina, a pesar de este adversario interno". Y para apoyar esta interpretación tan impía, citan esas otras palabras del apóstol,  2 Corintios 12:9 : De buena gana, pues, me gloriaré más bien en mis debilidades, en mis corrupciones internas, para que el poder de Cristo, al encadenar al fiero león, repose sobre mí. Pero sería difícil producir un solo pasaje en todo el Nuevo Testamento donde la palabra ασθενεια, que traducimos como enfermedad, tenga el sentido de pecado o corrupción moral. El verbo ασθενεω significa ser débil, enfermo, pobre, despreciable por la pobreza, etc. Y en unos pocos lugares se aplica a la debilidad en la fe, a los jóvenes convertidos, que son pobres en conocimiento religioso, aún no instruidos completamente en la naturaleza del Evangelio; Romanos 4:19 ; Romanos 14:1 , Romanos 14:2 . Pero al pecado interior y a la corrupción interior nunca se aplica. Me temo que lo que estas personas llaman sus debilidades puede llamarse más bien sus fortalezas; el poder prevaleciente y a menudo dominante del orgullo, la ira, la mala voluntad, etc., pues ¡cuántos piensan que los malos temperamentos son pecados! El suave término enfermedad suaviza la iniquidad; y como San Pablo, un hombre tan grande y tan santo, dicen ellos, tenía sus enfermedades, ¿cómo pueden esperar estar sin las suyas? Estos deberían saber que están en un peligroso error; que San Pablo no quiere decir nada de eso, pues habla de sus sufrimientos, y sólo de éstos. Una palabra más: la gracia y el poder de Cristo, ¿no aparecerán más conspicuos en matar al león que en mantenerlo encadenado? en destruir el pecado, raíz y rama; y en llenar el alma con su propia santidad, con el amor a Dios y al hombre, con la mente-todos los santos temperamentos celestiales, que estaban en él; que en dejar que estos temperamentos impuros e impuros, siempre vivan y a menudo reinen en el corazón? Esta doctrina es desacreditada por el Evangelio y totalmente anticristiana.

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