Verso 2 Corintios 11:33 . A través de una ventana en una canasta... Probablemente la casa estaba situada en la muralla de la ciudad. Ver las notas sobre esta historia, Hechos 9:23 .EN ver. 2 de este capítulo  2 Corintios 11:2 el apóstol alude más evidentemente a la historia de la tentación y caída de Adán y Eva, como se relata en Génesis 3:1

y cuya caída se atribuye allí a la acción de un ser llamado נחש nachash, que aquí, y en otros lugares, se traduce como οφις, serpiente. En mis notas sobre el Génesis he dado muchas, y, a mi juicio, sólidas razones, por las que la palabra no puede entenderse literalmente de una serpiente de ningún tipo; y que muy probablemente una criatura del género simia o mono fue empleada por el diablo en esta ocasión. Los argumentos sobre este tema me parecieron corroborados por innumerables probabilidades; pero dejé la conjetura a flote, (pues no le di un nombre más decisivo) y la dejé en manos de mis lectores para que la adoptaran, la rechazaran o la enmendaran, según su criterio. A muchos les pareció una herejía monstruosa, y rápidamente la vieja serpiente tuvo muchos defensores. La modestísima opinión, o conjetura, fue controvertida por algunos que eran caballeros y eruditos, y por varios que no eran ni lo uno ni lo otro; por algunos que no podían afectar al candor porque ni siquiera tenían la apariencia de serlo, pero que afectarían al saber porque querían ser reputados como sabios. Lo que la razón y el argumento no lograban producir, lo suplían con el ridículo; y como el término mono era conveniente para este propósito, lo atribuían a quien nunca lo había usado. ¿Cuál es el resultado? Sin duda creen que han establecido su sistema, y sus argumentos son para ellos concluyentes. Tienen mi pleno consentimiento; pero creo que es correcto declarar que no he visto ni oído nada que tenga la menor tendencia a debilitar mi conjetura, o producir la más mínima vacilación en mi opinión. De hecho, sus argumentos y el modo de manejarlos han producido en mi mente un efecto muy diferente al que habían diseñado. Ahora estoy más convencido que nunca de la probabilidad de mi hipótesis. Sin embargo, dejaré el tema como está: Nunca la propuse como un artículo de fe; no la presiono a nadie. Podría fortificarla con muchos argumentos adicionales si lo juzgara oportuno; pues su probabilidad me parece tan fuerte como la absoluta improbabilidad de la opinión común, para defender la cual sus partidarios han descendido a conjeturas insostenibles, de las que se han valido los infieles, para descrédito de las sagradas escrituras. A los que eligen ser sabios e ingeniosos, y desean provocar una controversia, ésta es mi respuesta: Estoy haciendo una gran obra, por lo que no puedo bajar. ¿Por qué ha de cesar la obra, mientras yo la dejo y bajo a vosotros? Nehemías 6:3 .

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