Versículo 19. Volverá su rostro hacia el fuerte de su propia tierra. Después de esta vergonzosa derrota, Antíoco huyó a Sardis, de allí a Apamea, y al día siguiente llegó a Siria, y a Antioquía, su propia fortaleza, desde donde envió embajadores para negociar la paz; y se vio obligado a comprometerse a pagar la inmensa suma de dinero mencionada anteriormente.

Pero tropezará y caerá. Teniendo grandes dificultades para reunir las sumas estipuladas, marchó a sus provincias orientales para exigir los impuestos atrasados; e intentando saquear el templo de Júpiter Belus en Elymais, se le opuso el populacho, y él y sus ayudantes fueron asesinados. Diodoro Sículo, Estrabón y Justino relatan así su muerte. Pero otros lo relatan de diversas maneras; algunos dicen que fue asesinado por algunos de los suyos, a los que había castigado por emborracharse en una fiesta, como Aurelio Víctor. San Jerónimo dice que perdió la vida en una batalla contra los habitantes de Elymais. En resumen, la forma de su muerte es incierta; y tal vez incluso a esta circunstancia se refiere el profeta, cuando dice: "Tropezará y caerá, y NO SERÁ ENCONTRADO".

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