CAPÍTULO IX

El día trece del mes de Adar los judíos destruyen a sus

enemigos, y los gobernadores de las provincias les ayudan, 1-5.

Matan a quinientos en Susa, y matan a los diez hijos de

de Amán, pero no toman ningún botín, 6-10.

El rey es informado de la matanza en Susa, 11.

Desea saber qué pide Ester más adelante; que ruega que

que se permita a los judíos actuar al día siguiente como lo habían hecho

el día anterior, y que los hijos de Amán sean colgados

en la horca, lo que se le concede, y que maten a trescientos

en Susa, y en las demás provincias a setenta y cinco mil, 12-16.

Una recapitulación de lo que se hizo; y de la designación de la

fiesta de Purim que se observará a través de todas sus generaciones

todos los años, 17-28.

Ester escribe para confirmar este nombramiento, 29-32.

NOTAS SOBRE EL CAP. IX

Verso Ester 9:1 . Ahora, en el duodécimo mes. ¡Cuántas providencias, y ninguna de ellas aparentemente de carácter extraordinario, concurrieron para preservar a un pueblo tan señaladamente, y a todas luces tan inevitablemente, condenado a la destrucción! Nadie es demasiado bajo para que Dios lo eleve, ni demasiado alto para que Dios lo derribe. ¿No debieron observar estos paganos que la mano incontrolable de un Ser Todopoderoso había obrado en favor de los judíos? ¿Y no debe haber tenido esto una poderosa tendencia a desacreditar la idolatría del país?

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