Verso Éxodo 19:24. No dejéis que los sacerdotes y el pueblo atraviesen... 

Dios sabía que eran negligentes, criminalmente curiosos y estúpidamente obstinados; y por lo tanto, su misericordia vio que era correcto darles línea por línea, para que no pudieran transgredir para su propia destrucción.

DESDE la manera muy solemne y terrible en que se introdujo la LEY, podemos contemplarla como el ministerio de terror y muerte,2 Corintios 3:7, pareciendo más bien excluir a los hombres de Dios que acercarlos; y de esto podemos aprender que un acercamiento a Dios habría sido imposible para siempre, si la misericordia infinita no hubiera descubierto el esquema evangélico de la salvación. Por esto, y solo por esto, nos acercamos a Dios; porque tenemos una entrada en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, Hebreos 10:19 "Porque", dice el apóstol, "no habéis venido al monte tocado y quemado por el fuego, ni a tinieblas, tempestad, sonido de trompeta y voz de palabras. ; cuya voz, los que oyeron, suplicaron que no se les dijera más la palabra (porque no podrían soportar lo que se les ordenó, y si una bestia toca la montaña, será apedreada o atravesada con un dardo: y tan terrible fue la vista que Moisés dijo: Tengo mucho miedo y tiemblo :) pero habéis venido al monte Sión, y a la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial, y a una innumerable compañía de ángeles, a la asamblea general e Iglesia de los primogénitos, que están escritas en el cielo; y a Dios, el Juez de todos; y a los espíritus de los justos perfeccionados; y a Jesús, el MEDIADOR del NUEVO PACTO; y a la sangre de aspersión, que habla mejores cosas que las de Abel; " Hebreos 12: 18-58.

Lector, ¿estás todavía bajo la influencia y el poder condenador de esa ley de fuego que procedió de su mano derecha? ¿Estás todavía lejos? Recuerda, solo puedes acercarte con la sangre rociada; y hasta que sea justificado por su sangre, estarás bajo maldición. Considere la terrible majestad de Dios. Si tienes su favor, tienes vida; si tienes su ceño fruncido, la muerte. Reconcíliate instantáneamente con Dios, porque aunque has pecado profundamente y él es justo, sin embargo, él es el que justifica al que cree en Cristo Jesús. Cree en él, recibe su salvación, OBEDECE su voz en verdad, y GUARDA su pacto, y ENTONCES serás rey y sacerdote para Dios y el Cordero, y finalmente serás salvo con todo el poder de una vida eterna. Amén.

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