Versículo Ezequiel 47:3Midió mil codos, - las aguas llegaban hasta los TOBILLOS; mil más, - las aguas llegaban hasta las RODILLAS; mil más, - se convirtieron en un RÍO que no se podía vadear. Las aguas habían crecido, y eran aguas para NADAR.

I. Esto puede aplicarse a los descubrimientos graduales del plan de salvación.

1. En la época patriarcal.

2. En la promulgación de la ley.

3. En el ministerio de Juan el Bautista. Y,

4. En la plena manifestación de Cristo por la comunicación del Espíritu Santo.

II. Esta visión puede aplicarse también al crecimiento de un creyente en la gracia y el conocimiento de Dios. Hay

1. La semilla del reino.

2. La hoja de esa semilla.

3. La espiga de esa hoja. Y,

4. El grano lleno en esa espiga.

III. Puede aplicarse a los descubrimientos que un creyente penitente recibe de la misericordia de Dios en su salvación. Él es -

1. Un niño pequeño, nacido de Dios, nacido de lo alto, y comienza a saborear el pan de vida, y a vivir del alimento celestial.

2. Crece y aumenta en estatura y fuerza, y se convierte en un joven.

3. Madura en la vida divina y ejercita sus sentidos espirituales para llegar a ser un padre en Cristo. En otras palabras, la gracia de Dios parece venir gota a gota; es dada a medida que puede ser usada; es una semilla de luz, y se multiplica a sí misma. Al principio, el penitente apenas puede creer la infinita bondad de su Hacedor; sin embargo, se aventura a seguir al ángel conductor, el ministro del Evangelio, en sus descripciones de la plenitud de esa salvación, proporcionada en ese Templo vivo en el que sólo se encuentra el manantial de la vida.

4. Siguiendo así al Señor, encuentra un continuo aumento de luz y de vida, hasta que al fin es llevado por las corrientes de la gracia al océano de la eterna misericordia; entonces

"Sumergido en el mar más profundo de la Divinidad,

y perdido en su inmensidad".


IV. Estas aguas pueden considerarse como un tipo del progreso que el cristianismo hará en el mundo.

1. Sólo había unos pocos pescadores pobres.

2. Después muchos judíos.

3. Después los gentiles de Asia Menor y Grecia.

4. El continente y las islas de Europa. Y,

5. Ahora, extendiéndose por África, Asia y América, en la actualidad estas aguas ya no son un río, sino un inmenso mar; y los pescadores del Evangelio están trayendo diariamente multitudes de almas a Cristo.

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