Comentario Biblico de Adam Clarke
Génesis 10:26
Verso Génesis 10:26-1. Joctàn Tenía trece hijos que tenían su morada desde Mesa hasta Sefar, un monte del este , que ubica a Calmet supone el monte Masius , al oeste en Mesopotamia , y las montañas de los Saphirs al este de Armenia, o de los Tapyrs más adelante en Media .
Como confirmación de que todos los hombres proceden de una misma familia, se debe observar que hay muchas costumbres y usos, tanto sagrados como civiles, que han prevalecido en todas partes del mundo; y que éstos no podrían deber su origen a nada más que a una institución general, que nunca podría haber existido, si la humanidad no hubiera sido originalmente de la misma sangre y no hubiera sido instruida en las mismas nociones comunes antes de su dispersión. Entre estos usos pueden contarse:
1. La numeración por decenas .
2. Su tiempo de cálculo por un ciclo de siete días.
3. Su separación del séptimo día con fines religiosos.
4. Su uso de sacrificios propiciatorios y eucarísticos .
5. La consagración de templos y altares .
6. La institución de santuarios o lugares de refugio, y sus privilegios.
7. Dar una décima parte del producto de sus campos, etc., Para el uso del altar.
8. La costumbre de adorar a la Deidad descalzo .
9. Abstinencia de los hombres de todas las gratificaciones sensuales previas a la ofrenda del sacrificio.
10. La orden del sacerdocio y su apoyo.
11. La noción de contaminaciones legales, impurezas, etc.
12. La tradición universal de un diluvio general.
13. La opinión universal de que el arco iris era un signo divino , o presagio , etc.
Consulte Dodd .
La sabiduría y la bondad de Dios se manifiestan particularmente en el repoblamiento de la tierra por medio de tres personas , todas de la misma familia, y que habían sido testigos de ese horrible despliegue de Divinidad y justicia en la destrucción del mundo por el diluvio, mientras ellos mismos fueron preservados en el arca. Por este mismo medio se propagó la religión verdadera por la tierra, porque los hijos de Noé ciertamente enseñarían a sus hijos, no solo los preceptos entregados a su padre por Dios mismo, sino también cómo en su justicia había traído el diluvio al mundo de los impíos, y por su misericordiosa providencia los preservó a ellos de la ruina general. Es sólo sobre esta base que podemos dar cuenta de la uniformidad y universalidad de las tradiciones mencionadas y de los grandes contornos de la verdad religiosa que se encuentra en todos los rincones del mundo. Dios ha hecho de tal manera sus maravillas que pueden recordarse eternamente.