verso Hebreos 9:2Porque se hizo un tabernáculo; el primero, en el que...  El sentido es aquí muy oscuro, y la construcción complicada: dejando fuera toda la puntuación, lo que ocurre con todos los MSS muy antiguos, el verso queda así: Σκηνη γαρ κατεσκευασθη ἡ πρωτη εν ᾑ ἡ τε λυχνια, κ. τ. λ. que supongo que una persona indiferente, que entendiera el lenguaje, traduciría sin dudar: Porque, allí se construyó el primer tabernáculo, en el que estaban el candelabro.  Y este tabernáculo o morada puede llamarse la primera morada que Dios tuvo entre los hombres, para distinguirla de la segunda morada, el templo construido por Salomón, pues tabernáculo debe considerarse aquí en su sentido general, como implicando una morada.

Para tener una comprensión adecuada de lo que el apóstol relata aquí, debemos esforzarnos por tener una visión concisa del tabernáculo erigido por Moisés en el desierto. Este tabernáculo era el epítome del templo judío; o mejor dicho, según este modelo se construyó el templo judío. Comprendía,

1. El atrio donde el pueblo podía entrar.

2. En él se encontraba el altar de los holocaustos, en el que se ofrecían los sacrificios en general, además de las ofrendas de pan, vino y otras cosas.

3. Las dos partes principales del tabernáculo eran el lugar santo y el lugar santísimo.

En el templo construido por Salomón había un atrio para los levitas, distinto  del pueblo; y, a la entrada del lugar santo, un vestíbulo. Pero en el tabernáculo construido por Moisés no se encontraban estas partes, ni el apóstol las menciona aquí.

En el lugar santo, como observa el apóstol, había

1. El candelabro de oro de siete brazos, al sur.

2. El altar de oro, o altar del incienso, al norte.

3. El altar, o mesa de los panes de la proposición; o donde se ponían ante el Señor los doce panes, que representaban a las doce tribus.

1- En cada rama del candelabro de oro había una lámpara, que se encendía cada noche y se apagaba cada mañana. Estaban destinadas a alumbrar durante la noche. 2- El altar del incienso era de oro; y un sacerdote, elegido por sorteo cada semana, ofrecía incienso cada mañana y cada tarde en un incensario de oro, que probablemente dejaba sobre el altar después de terminar la ofrenda. 3-La mesa de los panes de la ofrenda estaba cubierta con planchas de oro, y sobre ella, cada sábado, se colocaban doce panes en dos montones, seis en cada uno, que permanecían allí toda la semana hasta el siguiente sábado, cuando se retiraban y se colocaban panes nuevos en su lugar. Todo esto puede verse en todos sus detalles en el libro del Éxodo, desde el cap. 35 al 40. Véase también Calmet.

Que se llama el santuario... ητις λεγεται αγια. Esto se llama santo. Esta cláusula puede aplicarse a cualquiera de los sustantivos de este verso, en caso nominativo, que son todos del género femenino; y el adjetivo αγια, santo, puede considerarse aquí como el femenino singular nominativo, concordando con ητις. Varias ediciones acentúan las palabras en referencia a esta construcción. La palabra σκηνη, tabernáculo, puede ser el antecedente propio; y entonces podemos leer αγια, en lugar de αγια: pero estas sutilezas pertenecen principalmente a los gramáticos.

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