CAPITULO DOS

Dios expresa su continua consideración por su pueblo elegido, 

desde hace mucho tiempo, 1-3.

Luego discute con ellos sobre su actitud ingrata 

y peor que pagana, 4-11;

ante lo cual hasta la creación inanimada debe asombrarse,

12, 13.

Después de esto se declara que su culpa es la única causa de las

calamidades que sus enemigos tenían poder para infligirles,

14-17.

Se les reprende por sus alianzas con países idólatras. 18, 19;

y por su fuerte propensión a la idolatría, a pesar de

todos los cuidados y de la tierna misericordia de Dios, 20-29.

Incluso los castigos del Todopoderoso no han producido en este

pueblo ningún arrepentimiento, 30.

El capítulo concluye amonestando compasivamente

de su insensatez e ingratitud al rebelarse tan profundamente contra

Dios, y advirtiéndoles de las temibles consecuencias, 31, 37.

 

NOTAS SOBRE EL CAP. II

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