Comentario Biblico de Adam Clarke
Jeremias 27:1
CAPÍTULO XXVIII
Habiendo llegado embajadores de varias naciones vecinas para
solicitar al rey de Judá que se uniera en una confederación contra el
rey de Babilonia, se ordena a Jeremías que se ponga al cuello ataduras y yugos
(emblemas de la sumisión y la esclavitud), y que las enviase después por
que los embajadores los enviasen después a sus respectivos
príncipes; dando a entender por este tipo significativo que Dios
había decretado su sujeción al imperio babilónico, y que era
su sabiduria someterse. Se declara además que todas las
naciones conquistadas permanecerán sometidas a los caldeos
durante el reinado de Nabucodonosor, y los de su hijo y
nieto, incluso hasta la llegada de ese período en el que el
babilonios hayan colmado la medida de sus
iniquidades; y que entonces la poderosa monarquía caldea misma,
durante cierto tiempo el poder supremo del mundo habitable,
será castigada con una terrible tormenta de ira divina,
a través de la violencia de la cual se romperá en pedazos como
vasija de alfarero, cayendo los fragmentos en manos de muchas
naciones y grandes reyes, 1-11.
Sedecías, en particular, es amonestado a no unirse a la revuelta
contra Nabucodonosor, y se le advierte que no confíe en los
falsos profetas, 11-18.
El capítulo concluye con la predicción de que lo que aún quedaba
de los vasos sagrados del templo sería llevado a Babilonia
y no se restaurarían hasta después de la destrucción del
imperio caldeo, 19-22.
NOTAS SOBRE EL CAP. XXVIII
Versículo Jeremias 27:1 . Al comienzo del reinado de Joacim. Es muy evidente que su profecía fue entregada alrededor del cuarto año de SEDEQUÍAS, y no Joacim , como en el texto. Ver Jeremias 28:1 . Tres de los MSS de Kennicott . (uno en el texto, un segundo en el margen, y el tercero sobre un rasure) tiene Sedequías ; así también el siríaco y el árabe . Houbigant, Lowth, Blayney, Dahler y otros declaran a favor de esta lectura en contra de la del presente texto. Y está claro a partir de los versículos tercero y duodécimo , donde se menciona expresamente a Sedequías , que esta es la lectura verdadera.