CAPITULO XIX.

Jesús es azotado, coronado de espinas y burlado por los

soldados, 1-3.

Es sacado por Pilato, con el manto de púrpura, y los judíos claman por su muerte, 4-8.

Conversación entre el Señor y Pilato, 9-11.

Pilato discute con los judíos sobre sus bárbaras exigencias;

pero se vuelven más inveterados, y entrega a Cristo en

sus manos, 12-16.

Él, con su cruz, es conducido al Gólgota y crucificado, 17-22.

Los soldados echan a suertes sus vestidos, 23, 24.

Jesús encomienda a su madre al cuidado de Juan, 25-27.

Jesús tiene sed, recibe vinagre y muere, 28-30.

Los judíos piden que se rompan las piernas de los crucificados

los soldados rompen las de los dos ladrones y atraviesan el costado de

Cristo; las Escrituras se cumplen en estos actos, 31-37.

José de Arimatea pide el cuerpo de Cristo; y Nicodemo

trae especias para embalsamarlo, 38-40.

Es depositado en un  sepulcro nuevo, 41, 42.

NOTAS SOBRE EL CAPITULO. XIX.

Verso Juan 19:1. Pilato tomó a Jesús y lo azotó... Es decir, hizo que lo azotaran, pues no podemos suponer, como Bede, que lo azotó con su propia mano.

Como nuestro Señor fue azotado por orden de Pilato, es probable que fuera azotado a la manera romana, que era mucho más severa que la de los judíos. Estos últimos nunca daban más de treinta y nueve golpes; porque la ley había prohibido absolutamente que se maltratara a un hombre, o que se cortara su carne en este castigo, Deuteronomio 25:3.El método común de azotar o flagelar en algunos lugares, especialmente el de tipo militar, es una vergüenza para la nación donde se hace, para las leyes y para la humanidad. Véase Mateo 27:26 y la nota correspondiente. Aunque era costumbre azotar a la persona que iba a ser crucificada, parece que Pilato tenía otro objetivo al azotar a nuestro Señor. Esperaba que esto satisficiera a los judíos y que entonces pudiera despedir a Jesús. Esto se desprende de Lucas 23:16

 

 

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