Versículo 30. No puedo por mí mismo no hacer nada... Debido a mi unión íntima con Dios.  Juan 5:19.

No busco mi propia voluntad...  No, no puedo intentar hacer nada sin Dios. Este, es decir, el Hijo del hombre, la naturaleza humana que es el templo de mi Divinidad, Juan 1:14, está perfectamente sujeta a la Deidad que habita en ella. En este sentido, nuestro bendito Señor es el modelo perfecto de todos sus seguidores. En todas las cosas sus voluntades deben someterse a la voluntad de su Padre celestial. Nada es más común que oír a la gente decir: "Lo haré porque yo lo decido". El que no tiene mejor razón para justificar su conducta que su propia voluntad, al final tendrá la misma razón para justificar su destrucción eterna. "Seguí mi propia voluntad, en oposición a la voluntad de Dios, y ahora estoy sumergido en el lago que arde con fuego y azufre".

Lector, Dios te ha enviado también a hacer su voluntad: su voluntad es que abandones tus pecados y creas en el Señor Jesús. ¿Lo has hecho ya?

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