Versículo Jueces 14:12 . Ahora propondré un acertijo.  Probablemente ésta era una parte de las diversiones en un banquete de bodas; cada uno proponía a su vez un acertijo, que debía ser resuelto por cualquiera de los demás a cambio de una determinada pérdida; el proponente perdía, si lo resolvía, lo mismo que la compañía debía perder si no podía resolverlo.

Treinta hojas.  No tengo ninguna duda de que se refiere al hayk árabe, o merluza, un vestido en el que los nativos de Oriente se envuelven, como un Highlander escocés hace en su tela escocesa. En los países asiáticos la vestimenta apenas cambia, siendo casi la misma ahora que hace 2000 años. El Sr. Jackson, en su relato sobre el Imperio de Marruecos, menciona así la vestimenta de los moros: "Se asemeja", dice, "al de los antiguos patriarcas, tal y como se representa en las pinturas; (pero las pinturas están tomadas de modelos asiáticos;) el de los hombres consiste en un gorro y un turbante rojos, una camisa (kumja), que cuelga por fuera de los calzones, y llega hasta debajo de la rodilla; un abrigo (caftán), que se abrocha por delante y hasta el fondo, con grandes mangas abiertas; sobre el cual, cuando salen al exterior, se arrojan sin cuidado, y a veces con elegancia, un hayk, o prenda de algodón blanco, seda o lana, de cinco o seis yardas de largo y cinco pies de ancho. Los árabes suelen prescindir del caftán, e incluso de la camisa, y no llevan más que el hayk". Cuando un árabe no decide envolverse en el hayk, se lo echa por encima del hombro izquierdo, donde cuelga hasta que el tiempo, etc., le obliga a envolverlo. El hayk es mezquino o elegante, según la calidad de la tela y de la persona que lo lleva. Yo mismo he visto a los nativos de Fez con hayks, o hykes, tan elegantes como costosos. Por los cambios de vestimenta, es muy probable que se refieran a la kumja y al caftán, o al menos al caftán, pero muy probablemente a ambos: pues el hebreo tiene חליפות בגדים chaliphoth begadim, cambios o sucesión de prendas. Sansón, por tanto, se comprometió a dar o recibir treinta hayks, y treinta kumjas y caftanes, sobre la cuestión de la interpretación o no de su acertijo: eran trajes completos.

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