Verso 35. Cocinas para ollas. Para entender esto, debemos observar que los árabes cavan un agujero en su tienda, de unos treinta centímetros de profundidad; tres cuartas partes de éste, dice Rauwolff, lo cubren con piedras, y la cuarta parte se deja abierta con el fin de echar el combustible. Este pequeño edificio temporal es probablemente lo que se diseña aquí por rangos para las ollas; y esto era para ser derribado cuando cualquier cosa impura había caído sobre él. Véase Harmer, vol. 1, p. 464.

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