Verso Levítico 14:4. Dos aves vivas y limpias.  Si estas aves eran gorriones, tórtolas o palomas, no sabemos probablemente cualquier clase de ave limpia, o ave apropiada para ser comida, podría ser usada en esta ocasión, aunque es más probable que se emplearan tórtolas o palomas, porque éstas parecen haber sido las únicas aves ofrecidas en sacrificio. De la madera de cedro, el hisopo, el ave limpia y la lana o el filete de escarlata, se hacía un aspergillum, o instrumento para rociar. La madera de cedro servía de mango, y el hisopo y el ave viva se unían a él mediante la lana escarlata o el filete carmesí. El pájaro se ataba a este mango de manera que su cola quedara hacia abajo, para poder sumergirlo en la sangre del pájaro que se había matado. El conjunto servía de instrumento para rociar la sangre, y una vez terminada esta operación, se soltaba al ave viva y se le permitía ir a donde quisiera. En esta ceremonia, según algunos rabinos, "el pájaro vivo significaba que la carne muerta del leproso se restablecía; la madera de cedro, que no se corrompe fácilmente, que estaba curado de su putrefacción; el hilo de escarlata, la lana o el filete, que había recuperado su buena complexión; y el hisopo, que era purgante y odorífero, que la enfermedad se había eliminado por completo, y el mal olor que la acompañaba había desaparecido por completo". Ainsworth, Dodd, y otros, han dado muchos de estos conceptos rabínicos. De todas estas purificaciones, y de las circunstancias que las acompañan, podemos decir con seguridad, porque el Nuevo Testamento nos autoriza a hacerlo, que señalaban la purificación del alma por medio de la expiación y el Espíritu de Cristo; pero establecer analogías entre el tipo y la cosa tipificada es difícil y precario. El significado general y el diseño lo entendemos suficientemente; los detalles no son fácilmente determinables, y por lo tanto de poca importancia; si hubieran sido de otra manera, habrían sido señalados.

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