CAPITULO XVII

Se ordena al pueblo que traiga a la puerta del tabernáculo 

todo el ganado, donde se hará una ofrenda al Señor; 

y los que desobedezcan serán eliminados 1-5.

El sacerdote debe rociar la sangre, 6.

Se les prohíbe ofrecer sacrificios a los demonios, 7.

Se repite la orden de llevar sus ofrendas a la puerta del

del tabernáculo, 8, 9.

Se prohíbe solemnemente comer sangre, 10.

Es la vida de la bestia, y se da para hacer expiación

por sus almas, 11, 12.

Si se captura un ave o una bestia en la caza, su sangre debe ser

derramada y cubierta con polvo, por las razones antes

asignadas, 13, 14.

Nadie comerá un animal que muera por sí mismo, o que sea desgarrado 

si alguien actúa de otro modo, deberá bañar sus ropas y su

carne, o cargar con su iniquidad, 15, 16.

NOTAS SOBRE EL CAPITULO. XVII.

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