Verso 48. Ha mirado...  Miró favorablemente, c., επεβλεψεν. De la manera más tierna y compasiva me ha visitado en mi humillación, sacando las razones de su conducta, no de ninguna excelencia en mí, sino de su propia bondad y amor eternos.

Todas las generaciones me llamarán bienaventurada... Este era el carácter por el que sólo quería ser conocida, es decir, la virgen bendita o feliz. ¡Qué deshonra le hacen a esta santa mujer los que le dan nombres y caracteres que su alma pura aborrecería, y que pertenecen propiamente a DIOS su Salvador! Sus seguidores se dirigen a ella como Reina del Cielo, Madre de Dios, etc., títulos tan absurdos como blasfemos.

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