Versículo 38. Llegando en ese instante...  αυτη τη ωρα, en ese mismo momento, mientras Simeón sostenía al bendito Redentor en sus brazos, y cantaba su canto de partida y triunfal.

Dio gracias también...  Ella, al igual que Simeón, devolvió a Dios las gracias públicas, por haber enviado a este Salvador a Israel.

Habló de él... De la naturaleza y el designio de su misión; y de la gloria que debía tener lugar en la tierra.

A todos los que esperaban la redención... Como se sabía que las setenta semanas de Daniel ya se habían cumplido, los judíos más piadosos estaban en constante expectativa del Mesías prometido. Esperaban la redención, λυτρωσις; una redención como la que había de producirse mediante una expiación, o víctima expiatoria, o precio de rescate. Lucas 1:68.

En Jerusalén...  Es probable que fuera de casa en casa, testificando la gracia de Dios. En el margen de nuestra versión común, se pone Israel en lugar de Jerusalén, que los traductores pensaron que era casi tan elegible como la palabra que recibieron en el texto. Esta lectura marginal es apoyada por varios MSS, todas las versiones árabes y persas, la Vulgata, y la mayoría de las copias de la Itala. Si se aceptara esta lectura, se produciría una alteración muy esencial en el significado del texto, ya que daría a entender que esta excelente mujer viajó por la tierra de Israel, proclamando el advenimiento de Cristo. En todo caso, parece que esta viuda fue una de las primeras editoras del Evangelio de Cristo, y es probable que viajara con él de casa en casa por la ciudad de Jerusalén, donde sabía que vivían los que esperaban la salvación de Dios.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad