Versículo 28. No llores por mí... Muchas personas piadosas han estado muy angustiadas en sus mentes, porque no podían llorar al leer o escuchar los sufrimientos de Cristo. Para alivio de todos ellos, que se sepa para siempre que ningún espíritu humano puede tomar parte en la pasión del Mesías. Sus sufrimientos fueron tales que sólo Dios manifestado en la carne podría soportar; y, como todos fueron de naturaleza expiatoria, ningún hombre puede probarlos o participar en ellos. Además, los sufrimientos de Cristo no son motivo de dolor para ningún hombre, sino, por el contrario, de eterno regocijo para todo un mundo perdido. Algunos incluso han rezado para participar en los sufrimientos de Cristo. La leyenda de San Francisco y sus estigmas es bien conocida. - Se cuenta que recibió las marcas en sus manos, pies y costado.

En relación con este punto, hay muchas expresiones injustificadas utilizadas por los religiosos en sus oraciones e himnos. Para dar sólo un ejemplo, cuántas veces oímos decir o cantar estas palabras u otras similares: -

"¡Dame sentir tus agonías!

Una gota de tu triste copa".


Lector, una gota de este cáliz llevaría tu alma a la ruina sin fin, y estas agonías aniquilarían el universo. Sufría solo, pues no había nadie con él, porque sus sufrimientos eran para expiar los pecados del mundo, y en la obra de la redención no tenía ayudante.

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