Verso Lucas 6:49. La ruina de esa casa fue muy grande. Sobre este pasaje, el padre Quesnel, que era un predestinatario muy rígido, hace la siguiente observación juiciosa. "No es por las especulaciones de los astrólogos, ni por la seguridad calviniana de la predestinación, que podemos descubrir cuál será nuestra porción para siempre: pero es por el examen de nuestro corazón, y la consideración de nuestra vida, que podemos en alguna medida pronosticar nuestro estado eterno. Sin un corazón y una vida santos, todo es ruinoso en la hora de la tentación y en el día de la ira". A esto puede añadirse: El que cree en el Hijo de Dios, tiene el TESTIGO en ÉL mismo: 1 Juan 5:10.

Los temas de este capítulo se han explicado y reforzado tan ampliamente en los lugares paralelos de Mateo, a los que ya se ha referido al lector, que no parece haber necesidad de hacer ninguna observación adicional.

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