Versículo 29. Erráis... O, os engañáis - por vuestras pasiones impuras: sin conocer las Escrituras, que afirman la resurrección: - ni por el poder milagroso de Dios (την δυναμιν του Θεου) por el cual se efectuará. En Avoda Sara, fol. 18, Sanedrín, fol. 90, se dice: "Estos son los que no tendrán parte en el mundo venidero: los que dicen que el Señor no vino del cielo; y los que dicen que la resurrección no puede probarse por la ley".

Su engaño apareció en su suposición de que si había una resurrección, los hombres y las mujeres debían casarse y ser entregados en matrimonio como en esta vida; lo que nuestro Señor muestra que no es el caso:los hombres y mujeres serán como los ángeles de Dios, inmortales y libres de todas las pasiones humanas, y de aquellas propensiones que habrían de continuar con ellos sólo durante este estado presente de existencia. No habrá muerte; y en consecuencia, no hay necesidad de matrimonio para mantener la población del mundo espiritual.

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