Versículo 31. ¿Qué comeremos? o, ¿qué beberemos?  Estas tres preguntas atraen toda la atención de aquellos que viven sin Dios en el mundo. El vientre y la espalda de un mundano son su dios compuesto, y los adora en los deseos de la carne, en los deseos de los ojos y en el orgullo de la vida.

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