Verso 17. Con una de sus manos trabajaba en el trabajo, y con la otra mano sostenía un arma. Es decir, tenía sus armas a mano, y estaba tan preparado para luchar como para trabajar. Así OVID, Epist. xi., Canace Macario, ver. 1: -

Si qua tamen caecis errabunt scripta lituris,

Oblitus a dominae caede libellus erit:

Dextra tenet calamum; strictum tenet altera ferrum:

Et jacet in gremio charta soluta meo.

Si la sangre que fluye mancha mi carta fatal,

imagina, antes de leer, al escritor asesinado.

Una mano la espada, y otra la pluma emplea,

Y en mi regazo el papel listo yace. DRYDEN.

Con este modo de hablar, Canace no le da a entender a su hermano Macario que realmente tenía la espada en una mano mientras sostenía la pluma en la otra, sino que la tenía lista para matarse tan pronto como hubiera escrito la epístola.

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