Versículo 33. Herida y deshonra recibirá. Entre los romanos, cuando un hombre era sorprendido en el hecho, el marido perjudicado se tomaba la justicia por su mano; y se introducía un gran rábano en el ano del transgresor, lo que no sólo le abrumaba con la infamia y la desgracia, sino que generalmente le causaba la muerte.

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