2. Sus justas demandas de sus súbditos ( Salmo 101:4 )
Salmo de David. Habla como rey acerca de sí mismo y de los de su reino. Pero es evidente que una vez más habla como profeta del verdadero Rey, el Hijo, a quien Dios había prometido por medio de él, nuestro Señor Jesucristo. Él es un Rey de perfecta justicia, lo que no fue David. Este verdadero Rey está en completa comunión con Jehová, porque es uno con él. No tolerará el mal en su reino de justicia.
Los orgullosos y los malvados no son sufridos por Él. Él destruirá temprano (mañana tras mañana) a los impíos de la tierra y todos los malhechores serán eliminados de la ciudad del Señor. Aquellos que caminan en un camino perfecto le servirán.