Comentario Bíblico de John Gill
2 Tesalonicenses 3 - Introducción
Introducción a 2 Tesalonicenses 3.
En este capítulo, los apóstoles solicitan a los tesalonicenses, que orarían por él, y otros ministros del evangelio; Y él coloca oraciones por ellos, les da reglas sobre el lidicio de personas desordenadas y concluye la epístola con su saludo habitual. La solicitud de orar por los ministros está en 2 Tesalonicenses 3:1 Las peticiones a hacer para ellos son, que su ministerio podría tener éxito, y sus personas preservadas y entregadas de hombres de mente mental, indigentes de la fe en Cristo, 2 Tesalonicenses 3:1 y, por la consolación de los santos, observa la fidelidad de Dios comprometida en su nombre para establecerlos en la fe que tuvieron, y para preservarlos De todo y persona que es malo, 2 Tesalonicenses 3:3 y expresa su confianza en ellos con respecto a su caminata y conversación, 2 Tesalonicenses 3:4 Y luego ore por ellos que sus corazones podrían ser dirigidos al amor de Dios, y la paciencia de Cristo, 2 Tesalonicenses 3:5. Y el siguiente sigue una orden para retirarse de todos los caminantes desordenados, particularmente personas inactivas y perezosas, 2 Tesalonicenses 3:6 y de una vida inactiva tan perezosa, el apóstol se disuila por su propio ejemplo, que no se comportó desordenado, ni comió el pan de los demás, pero forjado con sus propias manos, aunque tenía derecho a un mantenimiento sin él, sino que hizo esto para establecer un ejemplo a ellos, 2 Tesalonicenses 3:7, 2 Tesalonicenses 3:10 y el orden que ahora dio, y el precepto que recuerda ellos de, no fueron exentos de razón; Al ver que había personas ociosas desordenadas, y organismos ocupados, entre ellos, a quienes el apóstol exhorta y suplica, en nombre de Cristo, para ser trabajadores, y comer su propio pan, como el fruto de sus labores, 2 Tesalonicenses 3:11 y en cuanto a los otros miembros de la Iglesia, los exhorta a la diligencia y la constancia en el bien, y para marcar a los que fueron incorregibles, y no tener conversación con ellos, sin embargo, tratar con ellos no como Los enemigos, pero amonestándolos como hermanos, 2 Tesalonicenses 3:13. Y cierra todos con oraciones, que el Señor les daría paz y les concedería su presencia, y con su saludo habitual, escrito con su propia mano, como una muestra de este ser una verdadera epístola de la suya, y por la cual cada epístola. de su poder, 2 Tesalonicenses 3:16.