nos enseña lo que le diremos a él ,. A esta maravilla trabajadora, de cuyas obras comunes de la naturaleza conocemos tan poco; Cómo deberíamos razonar con él sobre sus obras de providencia, cuando conocemos tan poco de estos:

[para] no podemos ordenar [nuestro discurso] por la oscuridad ; por la oscuridad en sí mismos, que es en todos los hombres naturalmente, e incluso en los santos en este estado de imperfección; y por la razón de las nubes y la oscuridad que son sobre el Señor mismo, que es incomprensible en su naturaleza y perfecciones; y por la razón de la oscuridad emitida acerca de sus tratos providenciales con los hombres, para que no sean registrados y pasados ​​a descubrir; Y lo mejor de los hombres están perdiendo cómo ordenar su discurso, o discurrir con Dios con respecto a estas cosas.

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