bebe aguas fuera de tu propia cisterna ,. Los argumentos se utilizan para disuadir de la conversación con una mujer adúltera, tomada de la desgracia, enfermedades, pobreza y angustia de la mente en la reflexión, trae a un hombre a; El hombre sabio procede a dirigir al matrimonio, como un antídoto adecuado contra él: tome una esposa y le esclavo y disfrute de todos los placeres y comodidades de un estado matrimonial. Como cada hombre tenía anteriormente su propia cisterna para la recepción del agua por su propio uso, 2 Reyes 18:31; así que cada hombre debe tener su propia esposa, y sino uno: y, a medida que el agua potable se apaga la sed, y allay calentan; Así que los disfrute legales de la cama matrimonial apaga la sed de apetito, y aley el calor de la lujuria; Por lo que el apóstol aconseja a los hombres casarse y no quemar, 1 Corintios 7:9; Y un hombre que está casado debe estar contento con su propia esposa, y no robar aguas de otra cisterna. La alusión puede ser para una ley, que, dice Clemens of Alejandría T, Platón tenía de los hebreos; que le proponen a los caros para no tomar el agua de los demás para regar sus tierras, hasta que ellos mismos hubieran excavado en la tierra, llamado Virgin Tierra y lo encontró seco y sin agua.

y funcionan las aguas de tu propio pozo ; Los placeres puros, castos e inocentes del estado matrimonial, son tan diferentes de los abrazos de una ramera, que se compara con una zanja profunda y un pozo estrecho, Proverbios 23:27; Como claras aguas de un pozo o fuente de las aguas sucias de un charco sucio; Ver Proverbios 9:17. Algunos interpretan estas palabras, y lo que sigue, de personas que disfrutan con satisfacción las cosas buenas de la vida que tienen para el apoyo de ellos mismos y las familias; y de una comunicación liberal de ellos al alivio de los objetos adecuados; Pero no gastar su sustancia en los rameras. Jarchi entienicia por la "cisterna", la ley de Moisés: pero puede aplicarse mejor a las Escrituras en general, desde donde flujos de la doctrina sonora, hasta la comodidad y el refrigerio de las almas de los hombres; y de donde toda la doctrina debe ser recuperada, y no en otra parte.

t stromat. l. 1. pag. 274.

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