Incluso la justicia de Dios, que es por la fe de Jesucristo, ... se da una cuenta adicional de esta justicia: por qué se llama "la justicia de Dios", y en qué sentido se revela y se manifiesta, Romanos 1:17; Aquí se dice que es "por la fe de Jesucristo"; No por esa fe que el mismo Cristo tenía como hombre, sino por esa fe, de la cual él el autor y objeto: la copia de Alejandría lee, "por la fe en Jesucristo"; y no por eso como la causa de la justificación; Porque la fe no es lo eficiente, ni el movimiento, ni la causa meritoria de ella; No, ni la causa instrumental de la misma por parte de Dios o Cristo: ni la fe es la asunto de una justicia justificante; Porque la fe es una parte de la santificación, es en sí misma imperfecta, es la propia persona, ya que está implantada en él, y se ejercita por él; está aquí y en otros lugares distinguida de la justicia; algo más, y no que, como la obediencia y la sangre de Cristo, se dice que son lo que los hombres son justos y justificados por: Pero la fe es un medio de aprehender y recibir justicia; Vea la excelencia de la justicia de Cristo; Posee la suficiencia; El alma por ella renuncia a su propia justicia, se somete a Cristo, se regocija en ella, y le da la gloria de ella: ahora esto es por, o por la fe,.

a todos, y sobre todos: no todos los hombres, ya que todos no tienen fe, ni todos están justificados y salvos: pero.

todo lo que cree; que debe ser entendido, no de creer nada, ni de ningún tipo de creer; Pero de tales, que verdaderamente y con el corazón creen en Cristo para la salvación; Y quiénes se oponen aquí a los sabios filósofos entre los gentiles, tuvieron a todas las personas auto-justas entre los judíos. Aunque este personaje no diseña ninguna causa o condición de justificación, pero solo es descriptivo de las personas, que están declarando declarativamente interesadas en una justicia justificante, que se dice que es "para" a ", y" sobre ellos "; Es decir, es designado, proporcionado y forjado para ellos, y dirigido y aplicado a ellos, y ponerlos a ellos como una prenda, y que sobre todos ellos:

porque no hay diferencia; de nación, edad o sexo, o de estado y condición; No se tiene ningún respeto a las personas u obras; Tampoco hay ninguna diferencia con respecto a los creyentes débiles o fuertes; La justicia se aplica igualmente a una a otra, y uno está tan justificado por ello a la vista de Dios como otro.

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