Pero de ninguna de estas cosas me he aprovechado: (10) ni he escrito estas cosas para que así se me haga; porque mejor me sería morir, que nadie anulara mi gloria.

(10) Por cierto, quita ocasión de sospecha, para que no se piense que escribió esto como si estuviera exigiendo un salario que no le fue pagado. Al contrario, dice, prefiero morir, que no continuar con este propósito de predicar el Evangelio libremente. Porque estoy obligado a predicar el Evangelio, ya que el Señor me ha dado y ordenado este oficio; pero a menos que lo haga de buena gana y por el amor de Dios, nada de lo que haga debe considerarse valioso.

Si hubiera preferido que se hablara mal del Evangelio, que no exigir mi salario, entonces parecería que me tomé estas molestias no tanto por el Evangelio como por mis logros y ventajas. Pero digo, esto no sería para usar, sino para abusar de mi derecho y mi libertad: por lo tanto, no solo en esto, sino también en todos los demás (tanto como pude), soy hecho de todo para todos, para que podría ganarlos para Cristo, y poder junto con ellos ser ganados para Cristo.

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