(3) Este es, pues, el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay tinieblas en él.

(3) Ahora entra en una cuestión, por la cual podemos entender que estamos unidos con Cristo, es decir, si nos gobierna su luz, que se percibe por el ordenamiento de nuestra vida. Y así razona, Dios es en sí mismo la luz más pura, por lo tanto está de acuerdo con los que son de la luz, pero no tiene comunión con los que son de las tinieblas.

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