(18) Por tanto, los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas [a él] haciendo el bien, como a un Creador fiel.

(18) La conclusión: viendo que los piadosos no son afligidos por la casualidad, sino por la voluntad de Dios, no deben desesperarse, sino seguir adelante, sin embargo, por el camino de la santidad y el bien, encomendándose a Dios su fiel creador, que es decir, su Padre.

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