Y sucedió que cuando el espíritu [maligno] de Dios estaba sobre Saúl, David tomó un arpa y tocó con su mano; entonces Saúl se refrescó y se recuperó, y el espíritu maligno se apartó de él.

(g) Dios quiere que Saúl reciba este beneficio de la mano de David, para que su condenación sea aún más evidente, por su odio cruel hacia él.

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