(7) Tener los ojos llenos de adulterio y no dejar de pecar; seducir a las almas inestables: un corazón que han ejercitado con prácticas codiciosas; niños malditos:

(7) Condena a esos hombres, que muestran incluso en su comportamiento y semblante una lujuria inconmensurable, haciendo comercio de las almas de personas vanas, como hombres ejercitados en todas las artes de la codicia, a ser cortos, como hombres que se venden por dinero a Maldecid a los hijos de Dios de la misma manera que lo hizo Balaam, a quien reprendió la bestia muda.

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