Entonces dijo Ezequías a Isaías: Buena es la palabra de Jehová que has hablado. Y él dijo: ¿No es [bueno] si hay paz y verdad en mis días?

(l) Reconoce que Isaías es el verdadero profeta de Dios y, por lo tanto, se humilla a su palabra.

(m) Viendo que Dios me ha mostrado este favor para concederme tranquilidad durante mi vida: porque temía que los enemigos hubieran tenido la oportunidad de regocijarse si la Iglesia hubiera decaído en su tiempo, porque él había restaurado la religión.

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