Cuando (a) salgas a la batalla contra tus enemigos, y veas caballos y carros, [y] un pueblo más grande que tú, no temas ante ellos, porque el SEÑOR tu Dios [está] contigo, que te hizo subir de la tierra de Egipto.

(a) Es decir, en una ocasión justa: porque Dios no permite que su pueblo pelee cada vez que le parece bien.

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